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| India del Sur 2010 |
En las últimas vacaciones, estuve en la India, en el Sur concretamente:
Para mí es un país recurrente, es la segunda vez que lo visito, supongo que volveré. Fuímos cinco chicas, a nuestro aire, con una mochila a la espalda. El itinerario, preparado durante meses al calor de una taza de té. Leímos, consultamos mapas, horarios de trenes y aviones, nos informamos su historia, del presente, de sus habitantes, costumbres. La sensación al llegar es siempre la misma, desagradable, sin embargo, buscada una y otra vez en diferentes lugares, desaparece apenas descanso un poco. La comida, la gente, los olores, todo es ajeno. Sigo desubicada durante varios días. Desde Mumbay, ciudad contaminada, sucia, ruidosa como pocas, partimos en tren con alivio hacia Aurangabat. La primera semana el viaje trascurre por paisajes naturales, una tierra labrada por campesinos de vida sencilla, alejados del ruido de las grandes ciudades. Mis sensaciones cambian a medida que pasan los días, la comida no es tan picante, y las incomodidades dejan de ser importantes. Y un día sucede, me encuentro como en casa, no echo de menos nada, me parece natural estar tan lejos.
Supongo que todos tenemos un desencadenante que nos hace ser conscientes de nosotros mismos, que nos enfrenta a nuestros sentimientos más íntimos. Las vacaciones en mi caso, el viaje, me regalan el tiempo para realizar ese viaje introspectivo.
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